Presupuesto emocional
fotografía por: alisol
La economía es un tema constante en nuestra mente, que todo sube y algunas muy raras veces algo baja. Casi siempre relacionamos la palabra presupuesto con lo material u económico, pero existe un presupuesto en nuestra vida que poco mencionamos y muchas otras olvidamos, nuestro presupuesto emocional.
Es difícil comparar algo tan tangible y de carácter cuantitativo como el dinero con
nuestras emociones, que podríamos decir son abstractas. El secreto está en el auto-conocimiento, conocernos nos da la oportunidad de establecer límites dentro
de nuestras capacidades y necesidades. No podemos con todo y mucho menos con
TODO al mismo tiempo, bueno al menos YO NO PUEDO ¿y tú?
El punto es que muchas veces nos creemos o más bien nos creamos la
necesidad de HACER TODO en las mismas 24 horas, atiborramos el día con mil
ocupaciones, que sí, no lo niego a veces es necesario, pero es igual de valioso
que el trabajo establecer tiempos de descanso. No podemos ser solo trabajo,
eventualmente el barco se hunde, para algunos tarda más para otros es más rápido,
pero de que se hunde se hunde.
Dios nos da dones y capacidades que podemos disfrutar y unos a otros
apoyarnos y complementarnos, no todos cantan, pintan, escriben……. no podemos
hacer todo, pero si nos tenemos para ayudarnos y en la manera de lo posible no
agotar nuestro presupuesto queriendo abarcar todo.
Recientemente me hicieron la pregunta ¿para qué te alcanza?, y me recuerda
una cita en el evangelio de San Mateo 14 8 que dice: “Esta mujer ha hecho lo que ha podido”,
porque hay días que me alcanza para mil y otros me alcanza para dos y aún en
los días que no alcanza para nada, Jesús nuestro Señor voltea a vernos con
infinito amor y dice lo mismo: “Has hecho lo que has podido” y eso está bien.
Habrá que pensar en esa cita, sobre todo en tiempos difíciles o de
enfermedad, en un mundo que NO TIENE TIEMPO para eso, hagamos tiempo para recuperarnos,
para tomar impulso, renovar nuestras energías y recargar mente, cuerpo y
espíritu.
En Génesis 2 2 dice “el
Séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó”, efectivamente Dios descansó,
tomó impulso y podríamos decir que se sentó a observar y disfrutar todo lo que
había creado, nosotros también podemos hacerlo, de hecho, es necesario no sea
que el presupuesto se acabe y quedemos en deuda con nosotros mismos. A diferencia
de la cuestión material, que si te faltase dinero puedes solicitar un préstamo
o acudir a un banco por ayuda, este tipo de presupuesto cuando genera deudas personales suelen requerir mucho más trabajo para saldarse o equilibrarse, en pocas
palabras, sale caro agotar el presupuesto emocional.
Seamos buenos administradores de los dones y capacidades que Dios nos dio,
cuidando a detalle las necesidades de otros, pero velando por nuestros mejores
regalos, nuestro cuerpo, alma y mente, recordemos siempre que Dios ve el
corazón y la intención no la lista con marcas de verificación.
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