Configuración de Fábrica




 Fotografía por: Vytautas Markūnas SDB

"Tu amor me trae gozo y alegría. Tú has visto mis tristezas, conoces mis aflicciones;"

Salmo 31:7

    El miércoles en confesión, miércoles de ceniza por cierto, encontré mucha sabiduría en las palabras de nuestro sacerdote. En palabras sencillas, modernas y muy adecuadas para le época digital, me explicó con una analogía cómo se van instalando en nuestras vidas permisos justo así como los que muestran las apps, pero a diferencia de estas las nuevas actualizaciones o mejor dicho actitudes, virtudes y deseos desordenados, no piden permiso, nunca vemos la ventana que surge en nuestro corazón, simplemente se van quedando. He aquí el problema, porque cuando damos cabida a un si, muchas veces involuntario, se abre oportunidad para instalar una tras otra "actualización", casi como efecto dominó y en consecuencia cargamos con tantas cosas en nuestro corazón que nuestra mente y espíritu empiezan a sobresaturarse con un sin fin de pensamientos que antes de darnos cuenta se sienten hasta de manera física.

    Recordando que somos seres integrales, lo que se queda en nuestra mente afecta directamente el espíritu y el cuerpo. En mi caso tuve la bendición de escuchar el consejo de nuestro sacerdote e ir atando cabos de mis actitudes y pensamientos  que provocaban estrés y hasta terminar con dolor fuerte de estómago. Palpé directamente aquello que días después tomó sentido. He dejado entrar la vanidad, status, las finanzas, le di importancia indebida a las dificultades cotidianas y al final TENGO QUE HACER MI PARTE y de ahí ¿Qué más puedo hacer? la respuesta siempre será ¡NADA! me guste o no, fuera de lo que está a mi alcance no puedo hacer nada más, no podemos hacer nada más. Lo que si se puede, es dejarlo TODO a Dios, ahí nuestro lugar de descanso. 

Parece ser que las instalaciones agregadas no solo ocupan espacio en tu mente, sino que recargan el corazón, mi corazón estaba cargado de tristeza, y era tristeza sin sentido porque no hay situación real para cargar con tanto, pero al querer llenar mi corazón con todo menos con lo más importante, simplemente se llenó "mi memoria". Me estaba faltando volver a la CONFIGURACIÓN DE FÁBRICA, volver a mi Señor al dueño entero de mi corazón. 

    Bueno es comenzar la cuaresma con eso en mente, sabiendo que es un tiempo de soltar y dejar atrás todo permiso que hemos dado, así haya sido involuntario. Habrá que escudriñar el corazón, detectar lo que no es ORIGINAL, volver al código inicial a aquél diseño que Dios hizo especialmente para nosotros, porque al final su más grande sueño es que seamos SANTOS y como tal felices, plenamente felices. 

Desinstalemos pues aquello que nos carga, el miedo, el estrés, el engaño, la preocupación....................., eso que no va en el diseño original. 

La configuración de fábrica es libre de ataduras, con espacio suficiente para el amor y la alegría. Volvamos al inicio, volvamos al diseño de fábrica, volvamos a nuestro Dios. Amén



ARGIE MELERO DE OSUNA

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