El secreto de los santos
En definitiva,
los santos sabían algo que yo no, ese algo que los hacía sonreír en medio de la
tragedia, la pobreza o los malos ratos.
Era eso que les movía a hacer el bien, aun cuando nadie lo
hacía.
Era algo como el alimento diario, aunque en ocasiones no tuvieran
ni para un bocado.
Era eso que los invitaba a darse por completo, algunos hasta
ofrecieron su vida por salvar a otros.
Ellos definitivamente tenían un secreto, porque quién en su sano
juicio encuentra paz en este mundo, pues ellos sí lo lograron.
No creo que todo haya sido
perfecto, al fin humanos, justo así igualito que tú y yo, pero entendían mejor
el secreto, si me pongo a analizar, disto mucho de realmente comprender, disto
mucho de realmente vivir.
¿Cómo podían experimentar tranquilidad en medio del desconcierto y
saber que Dios proveería? ¿Cómo? pero en muchos relatos y acontecimientos históricos podemos
constatar que sí efectivamente Dios proveyó todas sus necesidades.
La
incertidumbre les brindaba o quizá les forzaba a aferrarse a lo importante, a
lo único relevante, porque cuando humanamente no tienes nada, tienes a Dios y
ellos lo sabían, lo vivían, predicaban y disfrutaban. Su fe y la misericordia
de nuestro Dios, les otorgó el mérito de la gracia, y ahora viven en el
paraíso.
Señor yo quiero vivir ese secreto yo quiero ser igual de feliz, igual que ellos, que no importe donde esté, porque donde sea tengo la certeza que estás tú. Señor yo quiero vivir el secreto que los santos tan bien guardaron y ahora disfrutan en plenitud. Señor ellos si entendían, ellos cerca de ti lo comprendieron y ahora en amor nos lo revelas:
SOLO DIOS BASTA
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